-Precisión y claridad de los argumentos (redacción, estructura, ritmo, método expositivo, elocuencia, legibilidad):
La redacción del texto es, en términos generales, buena, aunque deberían revisarse algunas oraciones y párrafos y corregirse muchas erratas ortográficas. El método expositivo propuesto por el/la autor/a y el hilo argumentativo planteado animan a una cuidadosa lectura.
-Relación con el campo del arte en Colombia (relevancia, fundamentación, actualización, conocimiento):
El/La autor/a desarrolla un interesante y profundo análisis de las obras analizadas, en un texto cargado de ideas de gran interés. Comparto en gran medida las opiniones propuestas por quien ha escrito este texto en la comparación que establece entre las obras de los autores comentados, aunque echo en falta una mayor reflexión teórica en la parte final del texto, que, dada la complejidad de la cuestión planteada, debiera ser matizada y desarrollada más extensamente.
-Singularidad (originalidad, suspicacia, riesgo, novedad, distanciamiento, revaluación, sinceridad, perspectiva, interpretación, tono):
El texto tiene el acierto de abordar una problemática sin duda central en la relación arte y sociedad en nuestro tiempo y especialmente en el arte realizado en Colombia. Las cuestiones tratadas son claves para la comprensión del arte actual en su dimensión social y política.
Precisión y claridad de los argumentos (redacción, estructura, ritmo, método expositivo, elocuencia, legibilidad).
Excelente ensayo.
Relación con el campo del arte en Colombia (relevancia, fundamentación, actualización, conocimiento).
Este ensayo contribuye significativamente a la discusión pública sobre el “arte político” en Colombia y el arte “de la violencia”. Es un texto que ofrece una nueva mirada sobre estos temas y que abre igualmente nuevos interrograntes.
Propone una reflexión crítica sobre el arte contemporáneo colombiano y sus tendencias a retomar la situación nacional como fuente. Abre una reflexión ética sobre la relación entre el arte y la circunstancia nacional, trayendo a colación temas de política de la representación y el lugar del arte en el acercamiento a estos temas. Cuestiona la política del usos y los abusos de la situación nacional para fines y contextos que forman parte o han contribuido a la consolidación de la situación que aparentemente el arte quiere cuestionar.
Comentarios de los jurados
-Precisión y claridad de los argumentos (redacción, estructura, ritmo, método expositivo, elocuencia, legibilidad):
La redacción del texto es, en términos generales, buena, aunque deberían revisarse algunas oraciones y párrafos y corregirse muchas erratas ortográficas. El método expositivo propuesto por el/la autor/a y el hilo argumentativo planteado animan a una cuidadosa lectura.
-Relación con el campo del arte en Colombia (relevancia, fundamentación, actualización, conocimiento):
El/La autor/a desarrolla un interesante y profundo análisis de las obras analizadas, en un texto cargado de ideas de gran interés. Comparto en gran medida las opiniones propuestas por quien ha escrito este texto en la comparación que establece entre las obras de los autores comentados, aunque echo en falta una mayor reflexión teórica en la parte final del texto, que, dada la complejidad de la cuestión planteada, debiera ser matizada y desarrollada más extensamente.
-Singularidad (originalidad, suspicacia, riesgo, novedad, distanciamiento, revaluación, sinceridad, perspectiva, interpretación, tono):
El texto tiene el acierto de abordar una problemática sin duda central en la relación arte y sociedad en nuestro tiempo y especialmente en el arte realizado en Colombia. Las cuestiones tratadas son claves para la comprensión del arte actual en su dimensión social y política.
Precisión y claridad de los argumentos (redacción, estructura, ritmo, método expositivo, elocuencia, legibilidad).
Excelente ensayo.
Relación con el campo del arte en Colombia (relevancia, fundamentación, actualización, conocimiento).
Este ensayo contribuye significativamente a la discusión pública sobre el “arte político” en Colombia y el arte “de la violencia”. Es un texto que ofrece una nueva mirada sobre estos temas y que abre igualmente nuevos interrograntes.
Singularidad (originalidad, suspicacia, riesgo, novedad, distanciamiento, revaluación, sinceridad, perspectiva, interpretación, tono).
Positivo: la selección de artistas. Me pareció atrevido el mirar las obras de Doris Salcedo y Edwin Sánchez bajo un mismo lente…
Propone una reflexión crítica sobre el arte contemporáneo colombiano y sus tendencias a retomar la situación nacional como fuente. Abre una reflexión ética sobre la relación entre el arte y la circunstancia nacional, trayendo a colación temas de política de la representación y el lugar del arte en el acercamiento a estos temas. Cuestiona la política del usos y los abusos de la situación nacional para fines y contextos que forman parte o han contribuido a la consolidación de la situación que aparentemente el arte quiere cuestionar.