Memo-ría de un viejo payaso

Guillermo Alfonso Forero

Introducción
Desde hace algún tiempo he trabajado en la tarea de rescatar la trayectoria del circo tradicional  colombiano, de escribir sobre el arte circense en Colombia, sus antecedentes y su historia, e inicié con una recopilación del repertorio tradicional en lo que he denominado “El arte del payaso y la técnica del clown, 100 años de repertorio de los payasos de la TV Colombiana”, un manual práctico para cómicos y clown. Pero al remitirme a esos  100 años, indudablemente debo referirme también a la historia, en primera instancia a la historia del arte, a  las manifestaciones circenses en la antigüedad y en las diferentes épocas de la cultura occidental, pero a la vez debo aproximarme a las culturas ancestrales de América, en donde encontramos también vestigios de manifestaciones, habilidades y destrezas de características circenses. Por otra parte, partiendo de esa mirada universal, debo hacer referencia a la historia del circo colombiano, a sus épocas, sus protagonistas, su decadencia y, como el ave fénix, a su resurgimiento en la actualidad.
No existe un archivo oficial de la historia del circo colombiano, ni una teoría, ni una aproximación; sólo la memoria de aquellos que hemos sido  protagonistas de esa historia, de nuestra historia, de mi historia, porque tengo el gran honor de ser descendiente de una estirpe de artistas colombianos que entre músicos, compositores, ilusionistas, ventrílocuos, fono mímicos, payasos y hasta directores de cine, gerentes, gestores culturales y trabajadores sociales, en cinco generaciones hemos logrado pasaportar al nuevo milenio esta expresión autentica y popular: el arte del circo y del payaso. Doy  testimonio de esa historia con mis casi 60 años de edad, de los cuales 55 han estado ligados a este quehacer, al oficio del artista circense, ya que con tan sólo cinco años acompañaba a mi padre en sus actos de ventriloquia dialogando con Requeñeque, el muñeco impertinente, corrigiéndolo y enseñándole -acción escénica a la que hoy se le llama ‘caracterizar el rol del Carablanca o Picador’ según   la técnica de clown. Esta experiencia, aunada a las historias y relatos de mi padre que a su vez se remiten a las aventuras y peripecias  de mi abuelo Chipilo, los tíos abuelos Blas y José María y a la memoria de sus más entrañables compañeros, me permiten presentar una aproximación de exactamente 113 años de historia  no sólo del circo sino también de las artes populares, aproximación respaldada por el fruto de una  incansable búsqueda de libros, documentos, fotos, recortes  de prensa, carteles y discos L. P. que fundamentan documentalmente todo lo aquí expuesto, hasta llegar a los inicios del tercer milenio y del mundo contemporáneo.
Debo echar mano de los recuerdos, de las anécdotas, de todo aquello que me ha quedado consignado en el alma y me ha forjado en las lides del arte y la cultura popular. Debo remitirme a todo aquello que ha dejado una huella en la televisión colombiana, seguramente a muchas risas y sonrisas de las generaciones de colombianos que se extasiaron con la música de los abuelos y con la imponente voz del tío Luis María, que se sorprendieron con la habilidades mágicas del señor Pilochán, que gozaron con los diálogos de Anacleto y doña tecla, muñecos de ventriloquia, y se divirtieron con las imitaciones y fono mímicas de los grandes del cine mexicano. Debo remitirme, sin más,  a mis niños, ahora de 25  años, que cantaron nuestras canciones, se asombraron con nuestras ilusiones y que recuerdan con nostalgia que aún llevan en el corazón un Bullicioso que ríe, canta y juega.

¿Cuál es la versión contemporánea del circo colombiano? ¿Cuáles son sus características? ¿Circo o artes circenses colombianos? ¿Circo tradicional o nuevo circo? Estos son algunos de los interrogantes de los que daremos cuenta en este trabajo, además de dar un somero vistazo de los vestigios históricos de lo que denominamos ‘circo’, tanto en términos generales como en el caso particular de la historia de nuestro circo  colombiano. El método autobiográfico es el que guiará el desarrollo de este ensayo, ya que hablar del circo contemporáneo colombiano obligatoriamente me remite a dar un testimonio de vida que, a su vez, refleja las diferentes épocas y momentos de su historia en nuestro país.
De mis primeros recuerdos al lado de mi padre, esta la visita al circo: su espectáculo, sus muñecos -era gran ventrílocuo mi padre- Pepito, el payaso ecuatoriano, que también era Flecha Roja , el sufrido técnico de lucha libre. Esa visita al circo de papá era el premio por ir juicioso a estudiar. En ese entonces yo cursaba el segundo año de primaria en el Liceo Sagrado Corazón de Jesús y, teniendo como maestra a la señorita María de Jesús, hice mi debut como payaso a escondidas de la casa usando una pijama decorada de recortes de papel silueta y mis medias de futbol con cartón adentro que simulaban unas Chalupas chilenas. Estábamos en clase de Geografía.  Tarea: ¿cuál el diámetro del planeta tierra? Vaya lío, en aquellas épocas no contábamos con el permanente acompañamiento del profesor sabelotodo Dr. Google. Mi padre, el señor Guillermo Forero Algarra Pilochán, decidió entonces ampliar la biblioteca familiar. Un día cualquiera llegó a casa con una gran caja de cartón, nos reunió  en la sala y  nos entregó  cuatro grandes libros, gordos y con muchos colores e ilustraciones: una enciclopedia, Nuestro mundo maravilloso de la editorial argentina Códex S. A.  bajo la dirección literaria del maestro Ernesto Sábato.
La  enciclopedia contaba con una sección llamada “El rincón de los niños”, y allí encontré el mundo apasionante de los títeres, de cómo construirlos con pasta de papel y papier mâché. Aprendí todo de la mano del maestro Oscar Villafañe. En la enciclopedia encontré también la historia de la muralla china y, en ese artículo, la historia del bufón Yu-Sze, un payaso al servicio del rey. Entendí así que el arte de hacer reír ha tenido exponentes a lo largo de miles de años de la humanidad: los portadores de la risa. Hoy en día es mucho más fácil conseguir fuentes de información, libros digitales, enciclopedias virtuales, imágenes y videos que nos permiten remitirnos a un referente histórico, a ciertas habilidades y destrezas humanas que se podrían catalogar como los pilares de esa manifestación artística que hoy conocemos como el maravilloso mundo del circo.
Etimológicamente, y según la Real Academia de la Lengua, la palabra circo, del latín circus,  se define como:
*Edificio o recinto cubierto por una carpa, con gradería para los espectadores, que tiene en medio una o varias pistas donde actúan malabaristas, payasos, equilibristas, animales amaestrados
* Conjunto de artistas, animales y objetos que forman parte de este espectáculo.
* Conjunto de asientos puestos en cierto orden para los que van de oficio o convidados a asistir a alguna función.
* Conjunto de las personas que ocupan estos asientos.
* Lugar destinado entre los antiguos romanos para algunos espectáculos, especialmente para la carrera de carros o caballos.
*Confusión, desorden, caos.
Si bien históricamente no existe una relación directa entre algunas manifestaciones circenses en la antigüedad y el espectáculo del circo moderno –siendo el espacio para la diversión y el entretenimiento del circo romano el antecedente histórico o punto de partida de varios estudiosos de las artes circenses-, son cinco las actividades humanas que fundamentan lo que hoy conocemos como el espectáculo del circo. Éstas son: los malabaristas, los acróbatas, los contorsionistas, los magos y los payasos.Todas estas destrezas y habilidades físicas y humanas, pilares del arte del circo, cuentan con el registro de pictogramas y de arte rupestre que evidencian su ejecución en las épocas más remotas de la humanidad.

Las artes circenses en la Antigüedad
En Egipto ya se conocían mujeres que hacían malabarismo. De hecho, hay varias pinturas de egipcios haciendo malabarismo de pie, como lo es el caso de las figuras halladas en los tiempos del príncipe Beni Hassan (1794 a 1781 a. C.). Otra imagen de la antigüedad, encontrada en Tebas y pintada sobre roca caliza, es la que se conoce como la contorsionista del Museo Egipcio de Turín, imagen que corresponde al imperio nuevo (1570-1070 a. C.). Lo que más llama la atención de la mujer representada es su postura contorsionada: la figura se sostiene con las puntas de los pies y las manos mientras su espalda se curva hacia atrás y su cabellera cae suavemente, ejercicio básico del arte de las contorsiones que se mantiene actualmente en las artes circenses. Sin querer hacer alusión a la polémica actual sobre lo taurino, existe en la memoria de la humanidad un registro acrobático sobre un toro que data del 2.400 a. C. y que muestra la habilidad de un salto mortal en la antigua Grecia. Aparece así la acrobacia, arte fundamental en el espectáculo del circo en todas las épocas.
Continuando con este  recuento de los antecedentes históricos del circo, debemos referirnos al circo romano, una de las instalaciones lúdicas más importantes de las ciudades romanas. Junto con el HYPERLINK «http://es.wikipedia.org/wiki/Teatro_romano» o «Teatro romano»teatro y el HYPERLINK «http://es.wikipedia.org/wiki/Anfiteatro» o «Anfiteatro»anfiteatro, el circo forma la trilogía de grandes instalaciones destinadas a divertir al pueblo. Inspirado en los hipódromos y estadios griegos, pero de medidas mucho mayores a las de éstos, el circo romano estaba destinado a las carreras, los espectáculos y las representaciones que conmemoraban los acontecimientos del Imperio y que, en épocas de Nerón, incorpora el uso de animales salvajes en cautiverio como parte de la acción.
Este breve recuento de las imágenes que registran habilidades acrobáticas que son la base del espectáculo de circo y que datan de miles de años de existencia las podríamos llamar ‘manifestaciones de las artes circenses en la Antigüedad’ Todas estas definiciones están enmarcadas en una visión eminentemente centrada en la cultura occidental,  pero existen también algunos indicios y referentes de actividades acrobáticas y cómicas en las culturas prehispánicas que evocan técnicas actuales del circo como los acróbatas aéreos, el clown y los payasos.

Los antecedentes prehispánicos del circo
El Circo cuenta con su propio espacio escénico que conocemos como la pista, círculo central en el que se realiza el espectáculo que, desde una mirada Muisca, lo podemos asociar al  HYPERLINK «http://buscon.rae.es/draeI/SrvltObtenerHtml?origen=RAE&LEMA=cerco&SUPIND=0&CAREXT=10000&NEDIC=No» l «0_7» cerco, la figura que trazan en el suelo los taitas y chamanes, ese círculo ritual que evoca la magia y sus misterios. Para nuestros antepasados, en el centro de ese cerco (circo) se hace honor al taita Gata (Fuego) y se evoca así a Fo: es precisamente con una  fogata, un pequeño fuego, con el podemos recordar a Fo -Fu, deidad de la alegría, patrono de artesanos y tejedores- y al Taita Gata -el fuego, el padre de la energía.
Las crónicas de la conquista documentan la celebración más importante para la gran comunidad Muisca, el correr la tierra. Nuestros antepasados manejaban máscaras, unas con semblanza de alegría y otras con expresión de tristeza, como las caretas de Tespis de la antigua Grecia, aunque no eran precisamente los símbolos de la tragedia y la comedia sino que aludían al tiempo anterior y posterior a la intervención del maestro Bochica para sanar la inundación de la sabana. Esas catervas de actores con máscaras alegres y tristes hacían así referencia a la gran inundación de la sabana causda por la ira de Chibchacun. Desde esa mirada, y definiéndonos como cómicos andariegos, nos deberíamos proclamar como Foguagua, los  hijos de Fo -Fu, Fomagata, en el Zipazgo y Nemcatacoa en el Zacazgo-, los caminantes alegres del correr la tierra. Esta sería una nueva propuesta para pensar el circo contemporáneo colombiano partiendo del rescate y el fortalecimiento de la identidad cultural: ‘el circo de los hijos del sol’.
Pero, además, encontramos en nuestra América Central  una ceremonia religiosa que por sus características podría definirse como un  antecedente amerindio de la acrobacia aérea: los ‘voladores de Paplantla’. Los orígenes de la ceremonia de los voladores se remontan a la época prehispánica. Aunque no se tiene una fecha exacta, se sabe que a la llegada de los invasores sus principales cronistas consideraron esta danza como un juego, quizás porque originalmente el atuendo estaba confeccionado con plumas de aves que representaban águilas, búhos y guacamayas. Reconocida por la UNESCO como patrimonio cultural intangible de la humanidad, la danza de los pájaros, como le dicen a los voladores, es practicada en varias comunidades de los estados de Veracruz y Puebla. Encontramos aquí el eterno sueño del hombre de volar, el sueño de los hombres-pájaro como Ícaro, la fantasía que se hace realidad en una de las manifestaciones artísticas más características del circo moderno: el trapecio y sus múltiples variedades.
Estos antecedentes anteriores a la Conquista, sumados a las teorías de algunos estudiosos de la historia del clown que rescatan la importancia de los payasos sagrados de Centroamérica, nos aproximan a lo que podríamos llamar ‘antecedentes circenses prehispánicos’.

De la Edad Media a la Comedia del arte
Continuando este recorrido por la historia, el contexto de la HYPERLINK «http://es.wikipedia.org/wiki/Edad_Media» o «Edad Media»Edad Media europea es un referente obligado para el circo y los payasos. La influencia de la jerarquía eclesiástica para que las artes corporales recobraran su espacio y volvieran poco a poco a la realidad ciudadana fue definitiva, Frente a la cultura hegemónica de la época en la que surge el teatro religioso cuya expresión característica son los autos sacramentales, se fortalecen otro tipos de manifestaciones artísticas populares. El auge  de los carnavales y sus personajes caricaturescos, así como la aparición de juglares y cómicos andariegos, trovadores, malabaristas, acróbatas, poetas y titiriteros, dan origen a dos características importantes del arte del circo: artistas polifacéticos e itinerantes.
Pero fue en el HYPERLINK «http://es.wikipedia.org/wiki/Renacimiento» o «Renacimiento»Renacimiento cuando los artistas andariegos volvieron a tomar los pueblos y las calles de muchos países europeos, ampliando así el estatus social de dicha cultura popular. De acuerdo con Soares (1998) el circo en el Renacimiento “deslocava os habitantes das vilas e cidades das rotinas binárias do trabalho e do descanso”, consolidándose entonces como una práctica que rompía con el orden institucional, divergía del concepto utilitario de la vida y visaba sobre todo “a diversão” .-la risa descomprometida de la función educativa- buscando encantar y entretener el público. Era un arte del entretenimiento. En este período las «troupes de saltimbanquis» ya incluían en sus espectáculos la música, el baile, los cuentos populares, las narraciones épicas y los HYPERLINK «http://es.wikipedia.org/wiki/T%C3%ADtere» o «Títere»títeres, además de las habilidades clásicas como la acrobacia y los malabares (De Blas y Matéu, 2000). Imperaba en ese momento una forma «’ibre’ de exploración de las posibilidades corporales (Annie Fratellini en UNESCO, 1988: 27). En muchos pueblos se llegaba a acoger a los artistas itinerantes, ofreciéndoles un lugar para presentar sus espectáculos como atracción en los acontecimientos públicos importantes. Poco a poco, de forma lenta pero sólida se pudieron formalizar itinerarios, caminos por los que miles de artistas solían pasar durante todo el año.
Debo hacer aquí un alto en el camino, para detenerme en unos personajea (para mí loa más importantea) de los que conforman el andamiaje del circo: los payasos y los clowns. Al igual que el circo no existe una relación directa entre sus portadores en diferentes épocas, pero si existen referentes de personajes portadores de la risa a lo largo del desarrollo da la humanidad. El arte de hacer reír existe desde hace miles de años. Un  enano actuaba ya como bufón, en la corte del Faraón Dadkeri-Assi durante la quinta dinastía egipcia alrededor del año 2500 a.C. Así mismo, cuando Cortés conquistó el imperio Azteca, descubrió que en la corte de Moctezuma había bufones parecidos a los europeos, ‘fools aztecas’, clowns enanos y bufones jorobados. Por su parte, los bufones de la corte han actuado en China desde 1818 a.C. A lo largo de la historia la mayoría de las culturas han tenido clowns. Hacia el año 300 a.C., el emperador chino Shih Huang-Ti revisó la construcción de la Gran Muralla China. Miles de trabajadores eran asesinados o morían de cansancio durante su construcción. El emperador planeaba también pintar el muro, lo que hubiera provocado la muerte de otros muchos miles. El bufón, Yu-Sze, fue el único que se atrevió a criticar su plan. Los Prang u hombres frívolos, los Lubiets, son también otro antecedente en tiempos antiguos de los portadores de la risa. Para algunos autores, el origen del arte del payaso y del género de la risa -la comedia- tiene lugar en la antigua Grecia a través de sus grandes exponentes Aristófanes y Menandro, quienes jusnto con los romanos Plauto, Terencio, Cicirro y Estúpido dan testimonio de estos primeros protadores de la risa clásicos. Ya nos referimos, aunque no sobra repertirlo, a la importancia de juglares y saltimbanquis, a en la edad media y a los personajes de carnaval como antecedentes de personajes cómicos populares.
Y es que de la permanente historia de manifestaciones contestatarias a la cultura hegemónica, han surgido antecedentes muy importantes que ponen en escena esa respuesta: frente al arte puritano del Medioevo, el carnaval y la fiesta pagana; frente a la comedia erudita la comedía de la improvisación, que deja un gran aporte a un hecho histórico y artístico sin precedentes en la época, la famosa Comedia del arte que reivindica el arte del actor. Este movimiento empezó en Italia en el siglo XVI y rápidamente dominó el panorama teatral europeo. Era un tipo de teatro fundamentado en la improvisación, basado en personajes y mascaras fijas  y escenarios arquetípicos de la época. La Comedia estaba conformada por muchos personajes cómicos divididos en amos y sirvientes -estos últimos denominados Zanny o tontos- cuyos parlamentos no se basaban en libretos o textos escritos para ser representados. Por el contrario, los Cannovaccios o guiones de acciones quedaron como legado para el payaso contemporáneo, se han conservado gracias al circo tradicional y establecen el método y la técnica de actuación de los payasos de circo tradicional. Estos personajes evolucionan y se transforman y, gracias a la renovación generacional, de padres a hijos llega el espectáculo del circo bajo la forma de payasos de cara blanca. Fue precisamente Joseph Grimaldi (1778 – 1837), quien es considerado el padre del clown moderno porque fue él el artista que elevó al clown de cara blanca al papel de protagonista reemplazando al arlequín.
Continuando con la reseña histórica del circo, se reconoce a Philip Astley, como el creador de lo que se ha considerado el primer circo, y fue gracias al acto de ecuestres y caballos amaestrados que aparece la pista o círculo central. Este último sirve de espacio escénico en la estructura del circo moderno, asociado al escenario que aún se conserva en algunos espectáculos actuales que tienen en el ilusionismo su eje central -los ‘circos mágicos’, como el más contemporáneo de los circos de América, el circo mágico de Tihany.

Los orígenes del circo en Colombia
Ya aterrizando en Colombia, a finales de 1890 e inicios del 1900, el recuerdo más lejano que asoma en mi memoria es la broma permanente que en casa hacían de mis primeros años. La muchica de chu aguelo en mi media lengua quería decir la música de su abuelo; me refería entonces a los momentos en que papá se sentaba frente a su tocadiscos a escuchar los larga-duración de Garzón y Collazos y del maestro Jaime Llano González, que incluían en su repertorio temas como la danza “La Negrita” y el pasillo “El Silbido”, entre otros,  cuyo autor era Luis María ‘Chipilo’ Forero, mi abuelo.
Comentaban los abuelos, decía mi padre, de sus ‘giras’ a  lomo de mula; los abuelos cargaban ‘el cuadro’ y ‘los baúles’, hacían sus funciones en los patios y cercados de las grandes casas con acrobacias, acrobacia aérea, equilibrios y, sin falta, las presentaciones de los magos y los payasos que a inicios del siglo además interpretaban música como excéntricos musicales. De estos precursores surgen las familias circenses Los Cacerolos, Los Salpicones, los Farolitos, los Domínguez, los Suarez, Pitillo, Sancocho, los Pompeyo y los Forero (Chipilos), entre otros.
De las pocas evidencias escritas de los finales de los años de 1800 e inicios de los 1900, se encuentra el libro Canciones y recuerdos del maestro Jorge Añez y  Conceptos acerca del origen del bambuco y de nuestros instrumentos típicos y sobre la evolución de la canción colombiana a través de sus más afortunados compositores e intérpretes de Jorge Enrique Gaitán (que tiene una segunda edición de  Ediciones Mundial de 1968). La obra del maestro Añez, quien nació el 23 de abril de 1892 y falleció el 22 de julio de 1952, tiene un prólogo de Enrique Otero D’Costa, miembro de la Academia Colombiana de Historia, y su dedicatoria data del mes de junio de 1950. En el tercer capítulo de la segunda parte, “Llega Morales Pino a Bogotá – Las ‘posaderas’ del Trió Mefistófeles”, el autor señala la importancia de la obra del maestro Morales Pino y nos presenta una fotografía de la primera estudiantina, la ‘Lira Colombiana’, que contó con la participación de Blas Forero, una segunda fotografía de la misma estudiantina pero del año de 1912 en donde figura nuevamente Forero y su hermano José María y, por último, en la pagina 170, una fotografía del menor de los Forero, Luis María Chipilo, con su respectiva reseña.
Antes de continuar con la referencia de la obra en mención, es necesario hacer un paréntesis, para resaltar tres aspectos puntuales. Primero, el árbol genealógico de los Forero, dinastía artística de la que soy descendiente en una tercera generación. Los artistas reseñados por el maestro Añez son mi abuelo, Chipilo, remoquete que da origen al nombre artístico de mi padre. Invertido, Chipilo sería Pilochi; mi padre decidió reemplazar chi por  el nombre de su maestro en el ilusionismo, el mago chang, y de ahí surgió su seudónimo Pilochang. Segundo, que si bien la reseña histórica nos cuenta de la música colombiana, en el relato que traigo a referencia escrito por el maestro Añez se hace clara referencia a las giras artísticas de1899, y se presenta una modalidad artística de clown: los excéntricos musicales, el trío ‘Los Mefistófeles’. Por último, si se hace una lectura detenida de las anécdotas de sus giras, al maestro Mockus no fue el primero al que se le vio el trasero en público sino a los integrantes de esta agrupación.
Continuando con la reseña del libro del maestro Añez, en la página 61 el autor se refiere a la estudiantina “Lira Colombiana” de la siguiente manera:
Los primeros conciertos los dieron en la población de la Mesa, de Juan Díaz. Hasta allí los acompañó el maestro Ricardo Acevedo Bernal, uno de los mejores pintores de que pueda ufanarse el país, y a quien los artistas lo nombraron su representante.
Entrevistóse Acevedo con un señor de apellido Martínez, propietario de un local en donde pocos días antes habían actuado Los Tres Bemoles, excéntricos musicales que tocaban cascabeles, botellas, jarras, triángulos, etc. Y nuestro pintor, al oír las alabanzas de Martínez sobre Los Tres Bemoles y la buena impresión que habían dejado en el público, comprendió que los conciertos de la Lira, reforzados con un trío similar, no sólo darían variedad al espectáculo sino que el éxito pecuniario podría considerarse seguro; conocedor, además, de la pericia musical de los jóvenes que componían la estudiantina y que con tres de ellos podría formar un conjunto semejante, en un golpe de audacia y de talento díjole a Martínez:
-Es que… mi distinguido señor, con la Lira Colombiana viajan los rivales de Los Tres Bemoles: ¡el Trío Mefistófeles!
-¡Oh…!
Y deshaciéndose en elogios por la manera como sus diablos tocaban sus jarras y cascabeles, dulzainas y botellas, firmóse el contrato.
Con grande entusiasmo comenzaron los preparativos para el concierto: los músicos se dedicaron por completo al estudio de sus partituras, mientras Acevedo se encargaba de la publicidad: pintó un telón para el destartalado teatro y unos cartelones, en los que se anunciaba el debut de la Lira y del Trío Mefistófeles, rival de los Tres Bemoles, avisos que fueron paseados por todo el vecindario acompañados por una murga de cuatro músicos de viento, quienes espontáneamente ofrecieron su colaboración a sus colegas capitalinos. Luego el mismo Acevedo confecciono el atuendo para el mefistofélico trío con percalina roja, sin omitir un gorro con los consabidos cuernos y el tan característico rabo…”
La cita anterior hace alusión a una de las estrategias publicitarias que  aun hoy en día,  algo más de un siglo después, se conserva en los circos familiares que recorren los municipios y la provincia colombiana, estrategia que conocemos como ‘el paseo’ o ‘el convite’, esto es una pequeña comparsa con la participación de personajes del circo -especialmente la caravana de payasos- acompañada de los zanqueros, la música y el carro de perifoneo que invita a la función: “Llegó el circo…. Vamos todos a ver el circo….”. Continuemos con la reseña del debut del Trío Mefistófeles en la Mesa:
…y llegó el día de la función: en las horas de la tarde las localidades quedaron agotadas y todo el mundo estaba ansioso de oír a los artistas.
El programa se dividió en dos partes, que finalizaban con la presentación del Trío.
Al terminar la Lira la primera actuación, que fue muy aplaudida, hubo un pequeño intermedio debido a que tres de los artistas debían ponerse encima del  frac el disfraz que Acevedo les había confeccionado. Pero como el improvisado sastre hubiera tomado mal las medidas, los jóvenes tuvieron que desvestirse y ponerse en pellejo limpio el diabólico vestido.
Con un nutrido y prolongado aplauso y unos cuantos ¡bravos!, recibió el respetable la aparición de los Mefistófeles, cuyo arte supero toda ponderación pues Silva con las botellas, Forero con las jarras y Wordsworthy con los cascabeles y la dulzaina se lucieron en la ejecución de melodías populares, reforzadas con efectos maravillosos por el resto de la estudiantina, que se había situado detrás del telón de Boca.
Finalizada la primera parte del programa, el Trío, con risa un tanto nerviosa, agradecía las ovaciones pero no se movía de sus puestos. Los artistas parecían como atornillados a los bancos en donde estaban sentados. Ello obedecía a que como los vestidos les habían quedado estrechísimos, al sentarse se descocieron en la parte trasera.
Al fin sus compañeros se dieron cuenta de los ocurrido y levantaron el telón, momento que el trío aprovecho para hacer el mutis de espaldas, el cual fue coreado por una no muy bien reprimida carcajada proveniente de los que presenciaban el espectáculo entre bastidores, pues los artistas al caminar para atrás, exhibían al natural sus robustas posaderas…
Vale la pena  destacar de esta reseña el alto nivel cultural de los artistas de la época, integrantes de la élite de la santafereña, y la importancia de los personajes cómicos y de las  destrezas musicales de sus ejecutantes. Hoy en día, en algunas emisoras que cultivan la música colombiana tradicional, o en las emisoras de provincia, todavía escucho en ocasiones ese ‘dulce negrita de mi corazón, tienes un algo que no se que decir’. y entonces viene a mi memoria la infancia -la muchica de chu aguelo, la música de mi abuelo, Chipilo.
De esta época,  la primera mitad del siglo pasado, otro tipo de actividad artística itinerante relacionada con la acrobacia y  la maroma aparece en escena con los artistas populares, culebreros, teguas, curanderos y faquires que, con efectos de ilusionismo, mentalismo y humor, realizaban sus ruedos  en las plazas públicas y los mercados. Entre otros, vale la pena recordar a ‘el artista colombiano’ y su ayudante ‘Joselito’, así como la aparición de los ‘indios’ acróbatas, bufos y faquires: el indio Vulcanito, el indio Comanche y el indio Apache. Estos personajes  incursionan en la celebración de ferias, fiestas populares y eventos taurinos, y estructuran incluso una modalidad cómico-acrobática de carácter taurino: los ‘bufos’, mejor conocidos en el mundo de los gitanos como la ’bufay’, el arte sin montera de ‘los quites y los quiebres’. Sea este el momento de rendir un homenaje a los cómicos taurinos: Carlos Ojeda ‘Cebollita’, fundador del SINARCIRCOL, Carlos Chicha ‘Pomponio’, ‘Don Panchito’, el más célebre y valiente ‘Don Rodrigo’, la familia de don James Valencia con su espectáculo Superlandia, ahora protagonizado por sus hijos y nietos, Alberto Urrea ‘el gran Beto’, los ‘Terribles Pinilla’ Emilio y Gabriel, el cura Ramiro y el también descendiente de un cómico bufo Curro Valencia, ‘el gran Tintín’.

Las familias extranjeras y los primeros circos colombianos
En los múltiples esfuerzos de mi padre, por conservar su empresa, su circo, entre otros intentos recuerdo los nombres de la ‘Carpa teatro Portátil’, el ‘Circo Mágico Chipilo’, el ‘Fantastic Circus’, el ‘Teatro del Terror’ -abanderado de la llegada de la famosa luz negra, la luz fluorescente. Debo relacionar también los diferentes socios que tuvo mi padre en diferentes oportunidades que me permiten referenciar la importante influencia de las familias circenses extranjeras en el desarrollo del circo colombiano -entre otras, la familia Liescosky y los Mitrovich, llegados de Europa, el señor Cri-Cri, los Olave y los Noya de Chile, Los Ayala y el señor Yacopy de México. Sólo recientemente se habla de la terrible influencia de los Fuentes Gasca de México.
Poco se sabe de la llegada del señor Liescosky y su familia a Colombia. Durante muchos años se conocieron como los Nicosky. Ser compañero de gira de algunos de sus hijos es lo que me permite saber su verdadero apellido. Recuerdo al padre de Miguel, más conocido como ‘Indio Jerónimo’, y al gran payaso ‘Miguelito’, uno de los máximos exponentes del arte del lanzamiento de puñales sobre blanco  humano, así como a Héctor, su hermano llamado también ‘Niko’ ambos ya fallecidos y a quienes rendimos homenaje por la maestría, tan solo alcanzada por ellos, en el peligroso acto de los cuchillos. Niño, su otro hermano, trapecista de vuelos; Tito, cómico y acróbata; Alfonso, técnico  artista, y la Nena conformaban esta familia. Nietos del señor Liescosky el payaso Piolín, Jean Paúl como herederos en una tercera generación de esta estirpe de maromeros colombianos.
Otros socios de mi padre fueron los Ayala, llegados a Colombia con el circo Ataire. Recordamos a  don Ricardo Ayala, excéntrico musical, ilusionista, y director artístico, de quien conocí el rigor de los ensayos en la parte cómica con entreactos como el ‘Juicio’; a su hermano, don Hernán Ayala,  malabarista que hoy en día dirige una de las mejores empresas de confección de carpas en la ciudad de Cúcuta, y junto con sus hijos, conserva la tradición circense; y a René Ayala, el payaso ‘Tetoco’ y sus trucos con pelucas. Discípulo de esta familia es Juan Joya Monsalve, el payaso ‘Juanito’ con quien compartimos el elenco del programa de televisión Animalandia, hombre dotado con una voz prodigiosa y a quien siempre presente como ‘Juanito el payaso cantor de América, su voz y su guitarra.’ También puedo recordar otro socio de papá fue el payaso Cri- Cri y su familia de origen chileno, como también lo fueron los integrantes de la familia Olave Maturana.
La tradición circense de Chile ha tenido una notable influencia en el desarrollo del circo colombiano, sobre todo la de los payasos chilenos que llegaron a Colombia con los Olave: Pípilo y Cocoliche, Don Carlos Olave Pipiolo, casado con la señora Luisa Maturana, emparentados con el señor Fischer, otrora de los mejores confeccionistas de carpas que introdujo la elaboración de carpas plásticas y vulcanizadas para reemplazar las lonas y manilas relingadas, y sus hijos, Carlos Jr. Conocido como ‘El gran Pirrincho’ en otras épocas, el excelente Tony, cómico acróbata polifacético y cantante, Emiliano, trapecista, la Olga, Emma y Jakeline, Ovel Olave (q.e.p.d.). Todos ellos dejaron una huella imborrable en la década de los 70,  época que reseño como la de ‘los circos urbanos’. Ahora residentes en México, continúan  con una tradición centenaria de una familia colombo-chilena de circo.
Es invaluable el aporte del señor Carlos Olave cuando, en los años 80, lanzó una propuesta de vanguardia para la modernidad del circo colombiano: ‘El circo Espacial’. Influenciado por el furor la película  La guerra de las galaxias, su carpa tipo platillo volador, sus luces y sus vestuarios son un referente obligado a la hora de hablar de las tendencias modernas del circo en Colombia. Hermano del gran Pipiolo y no menos importante, recuerdo también el tío Sigilfredo Olave, Cocoliche, maestro de cómicos y técnico de carpas y de circos de gran tamaño, antiguo dirigente sindical en su país, de quien aprendí la elaboración de muñecos en polígoma y la responsabilidad  de ser director de cómicos. De grata recordación por sus perritos comediantes, aparece en mi memoria también el señor Yacopi, quien ocupó un sitio importante en el proceso de formación artística circense en Colombia por el manejo que tenia de la troupe y el número de básculas acrobáticas.La gran mayoría de estos artistas circenses venidos de otros países fueron socios de mi padre, quien siempre tuvo el sueño de contar con un gran circo. Fueron muchos los intentos y pocos los resultados, pero ante todo me dejó una gran herencia, el arte. Gracias papá.
Siempre guardo en mi memo-ría los recuerdos de los grandes circos, nacionales y extranjeros, que visitábamos junto a la compañía de mi padre, ya fuera en misión sindical o por una simple visita social. Siempre el señor Pilochán fue muy bienvenido por artistas y empresarios, eso me permite referir una época importante del circo colombiano: la época de oro de los 60. Recuerdo las grandes carpas multicolores y la importancia del circo acrobático nacional: el Royal Dumbar Circus de la familia Correa, el Nueva Ola Circus de don Miguel Castaño, su hijo Miguelito Castaño y el señor Charles, su director artístico, que desde esa década proponían un modelo de Escuela Nacional de Circo; Los hermanos Domínguez, la famosa troupe de trapecistas de vuelos colombianos, conocidos mundialmente como las ‘águilas humanas’; el Continental Circus; el Circo del bebé de Miguel Noya (q.e.p.d.), el gordito consentido de Colombia, que gracias a la televisión nos brindo la oportunidad de apreciar un excelente circo colombiano. De épocas más recientes, cabe rescatar el Americna Circus y el Las Vegas Circus del señor Bruno Felipe Acero, aguerrido empresario colombiano que ha sabido soportar durante muchos años la carga y la presión de las multinacionales mexicanas de circo. De grata recordación para mí son el Circo de Miky o el Circo de los bulliciosos, a los que asistí acompañando a mi compadre Manuel Olivares ‘Miky’, así como otras empresas que a través de muchos años han continuado con la tradición familiar circense en Colombia: El circo de los hermanos Daza y sus tres generaciones de maromeros colombianos, el El circo de los hermanos Suárez, pioneros del circo en la costa norte de mi país, y el  recordado Circo de los hermanos Pompeyo.Son muchas las familias de artistas colombianos que han logrado mantener vivo este patrimonio intangible. Para todos ellos mis sentimientos de gratitud y respeto. A continuación presento una reseña de Juan Carlos Insignares de la reaparición del Circo Egred Hermanos en el año de 1993, publicada en en el periódico El Tiempo:
Hace 20 años el Circo Egred Hermanos bajó su carpa. Su director, José Egred, y uno de los fundadores se dedicó desde entonces a educar a sus hijos y a montar granjas avícolas. Durante dos décadas José Egred se dedicó a las fincas de día y a soñar con el circo en las noches. No pasó una sola semana durante las dos últimas décadas en que el mundo del circo no regresara en medio del sueño a la vida de Egred.
Ahora regresa, pero en la vida real, con su carpa multicolor, los malabaristas mágicos, los arriesgados trapecistas, los animales amaestrados y los payasos. La carpa del circo Egred vuelve a levantarse en Colombia; regresa por el camino de éxitos que obtuvo desde 1948, año de su fundación, hasta 1973, cuando cerró sus puertas en Cali.
En sus inicios, cuando lo fundó Santos Egred (el padre), era una pequeña y vieja carpa con capacidad para seiscientas personas que recibió público por primera vez en un lote de Sogamoso. Hoy, para su segunda función, el Egred cuenta con una gran carpa con todos los lujos y adelantos necesarios del espectáculo moderno. En aquella época, se les unió un burro cualquiera que apareció de no se sabe dónde, y que, en un principio, no sabía hacer otra cosa que rebuznar. Al poco tiempo, Toribio -así lo bautizaron- aprendió por su propia cuenta a tirar besos a diestra y siniestra. Al cabo de unos meses Toribio se convirtió en una de las atracciones del circo Egred, que se paseaba ya con soltura acompañado de los aplausos del público. Con el tiempo el circo se convirtió prácticamente en un zoológico repleto de animales que entretenían al público con sus gracias. Hubo camellos y dromedarios, caballos árabes de paso, tigres, leones, chimpancés, orangutanes, perros, elefantes y hasta una tortuga galápagos.
En ese ambiente de familia circense vivieron los Egred por 25 años. El Santos Egred y sus hijos José, Nelly, Margarita, Jimmy y Maritza, fueron recorriendo los caminos de Colombia primero y los de América Latina después, mientras la humilde carpa animada por un burro se convertía en el circo más grande del Cono Sur. Los premios sobraron y las palmas nunca faltaron. Pero con la jubilación del Santos Egred, sus hijos empezaron a pensar en una posible retirada, en 1972.
A José Egred, el mayor de la familia y quien está al frente del circo, le preocupaba que sus cuatro hijos vivieran de un pueblo a otro, sin escuelas definidas y sin otros amigos que los del circo. José quería retirarse para educar a sus hijos, y a ese acuerdo había llegado con uno de los socios, Ricardo Roca. Pero la fortuna, además, adelantó en algo la decisión: primero fueron los suicidios de los hermanos Jimmy y Maritza, sucedidos con veinte días de diferencia. También el incendio del circo, semanas después. Esos hechos no tuvieron nada que ver con la decisión de cerrar el circo, dice José Egred. En junio de 1973, el circo cerró sus puertas. Los camellos y los dromedarios, los elefantes, las cebras, los rinocerontes, los hipopótamos, las jirafas, los 18 caballos amaestrados y los chimpancés fueron vendidos a otros circos y a algunos zoológicos. La carpa, también.
Durante 20 años, el circo Egred siguió viviendo en los sueños de José y en la mente de Ricardo Roca, que por largo tiempo se dedicó a convencer al mayor de la familia que montaran otra vez la carpa. “Un día, en junio del año pasado, me llamó desde Dallas a Mérida -cuenta José Egred- y yo, por tercera vez, le dije que sí. Sólo que esta vez sí fue en serio. Mis hijos ya eran todos profesionales, trabajaban y estaban casados Ese día se inició la segunda función del circo. Empezaron los contactos internacionales, los viajes por todo el mundo buscando artistas, la compra de las costosas carpas brasileñas, los equipos de luces y rayos láser en el mercado de Las Vegas… Contratamos cinco actos rusos, entre ellos dos liliputienses de ochenta centímetros que son esposos; también de Brasil traemos unos trapecistas que hacen el triple y medio salto mortal; hay un acto de México que es con focas; en Las Vegas conseguimos un artista que maneja una bicicleta de 15 centímetros; de Taiwán nos trajimos un acto de unos campeones ninjas”. También repatriaron a muchos artistas nacionales que se destacaban en el mundo del espectáculo de otros países. Por ejemplo, viene uno de Las Vegas, otro de París, uno llega de Argentina, un payaso de Venezuela.
Para José Egred, lo más importante es que el circo conserve su esencia, que conserve la banda militar de los circos de antaño, que los payasos sigan siendo el eje central del espectáculo. Ayer fue su debut en Bogotá, en donde se presentará por una temporada, antes de iniciar su gira nacional. El circo Egred quiere recorrer los mismos caminos que lo llevó a la gloria, sólo que ahora lo hace con toda la tecnología de la década de los noventas. Todo el espectáculo es completamente nuevo, hasta la carpa. El nombre y el fundador son las dos únicas cosas viejas del circo.
Hablar de esta época gloriosa del Circo Colombiano, es evocar a grandes payasos, ‘Pelotica’ y ‘Pipiripi’; ‘Los Piolines’; ‘Caluga’,  ‘Borolas’ y ‘Charrin’ y muchos tantos que dejaron su huella en la historia del circo colombiano.
El año inmediatamente anterior, el ministerio de cultura  rindió un homenaje por su trayectoria y vida, al gran payaso ‘Tongorito’ quien conformo las caravanas de payasos de la época de oro, la era de   los Grandes Circos Colombianos.
Concluido mi bachillerato, en el año 1972, decido ‘partir con un beso y un adiós’ teniendo ‘serena la mirada y firme la voz’ de la vera de mi padre, e inicio un duro caminar por los llamados circos pequeños, que a diferencia de los Grandes circos de la época de Oro, eran pequeñas carpas, con una compañía de origen familiar, de esa época y en reñida competencia, se disputaban los Lotes, espacios para armar las carpas los circos en lo que entonces eran BUENAS PLAZAS, Suba ( Rincón) sectores del Kennedy, la Florida, el Garcés Navas, barrios nuevos en la ciudad y que acogían con gran entusiasmo la llegada de los Circos al Barrio, siendo sus principales atractivos, la caravana de payasos, que todas las noches cambiaban el repertorio y que finalizaban la función con el sketch, pequeña pieza teatral, con la participación de todo el lenco artístico.
Se destacaban entre otros: El CIRCO DE LOS HERMANOS ESPITA. Propiedad de mi padrino, Gustavo Espitia, conocido como el payaso ‘Lechuga’ y pionero de la publicidad comercial, actividad que en esa época fue un gran negocio, pero que con el paso de los años,  arrastro al personaje del circo el PAYASO a su prohibición en las calles por ser contaminante auditivo y visualmente.
Competían con los Lechugas, el CIRCO DE LOS HERMANOS OLAVE, de origen chileno, don Carlos Olave y su familia, que del pequeño circo familiar en 1979 en asocio con el señor Miguel Castaño (Hijo) emprenden un gran circo, EL CIRCO ESPACIAL, con el cual hice mi ascenso de los circos pequeños a un gran circo, en una gira nacional.
El tercero en discordia, fue el  CIRCO INTERNACIONAL OLÍMPICO, propiedad del señor Antonio Angulo, ‘ANKOR’ la señora Alicia, y sus hijos Pedrito, Flor Beyby, el Chiqui, el gordo, la Giovanna y la Brianda, con esta familia viví grandes momentos y guardo entrañables recuerdos tanto artísticos como personales. Con esta empresa inicie mis primeros pasos como ‘Representante’ del circo, en lo que hoy en día equivale a  la  función de ‘Gestor’ rol  que asumí, como respuesta, ante el chantaje de un siniestro personaje, que quiso aprovecharse de una caída del trapecio que tuvo el señor Ankor,  al exigirle una cuantiosa suma de dinero, por el permiso de otro lote, para el traslado del circo. Con unas cuantas instrucciones no solo conseguí el terreno para armar el circo, sino que además logre el permiso de la alcaldía mayor de Bogotá, hecho que para la época fue muy importante para nuestro pequeño circo.
Por esta época surgen nuevos movimientos teatrales que se aproximan al circo, como el Teatro Callejero, surge también con gran fuerza los grupos de títeres y que me permiten avanzar en una propuesta creativa frente al arte del circo, y es en esa caminar es que nos declaramos Cómicos Andariegos.
La gira con el CIRCO ESPACIAL me separa de las pequeñas carpas barrio que durante esa década fueron un factor importante para el desarrollo del circo Colombiano. Sigue mi caminar…
Transcurría el año de 1982, y a mediados de ese año, recibí una llamada que cambio el curso de mi camino, al otro lado de la línea estaba  don GERMAN GARCIA, propietario de GEGAR TV que gracias a una recomendación del maestro Alberto Noya, mas conocido como el payaso ‘PERNITO’ me convocaba a una audición como VENTRILOCUO para conformar el elenco del programa ANIMALANDIA, así muy rápidamente, de la noche a la mañana pase a ser parte del  grupo de los PAYASOS DE LA TELEVISIÓN COLOMBIANA.
Fue al arte de la ventriloquia, heredado de mi padre, el que me llevo a la televisión, el nombre del personaje fue ‘Don Rafa’ dado al parecido del muñeco a un hermano del gerente de la programadora, tras una audición y la respectiva negociación, hago parte del elenco a este prestigioso programa de la Televisión Colombiana, que conto entre sus presentadores al señor Fernando Gonzales ‘Pacheco’ Álvaro Ruiz ‘El Hombre Feliz, Franklin Linero entre otros.
El elenco, o mejor la caravana de los payasos de la Tele la dirigía el maestro Alberto Noya, ‘Pernito’ (q.e.p.d.) su hijo Miguel Noya ‘Bebe’ (q.e.p.d.), su otro hijo Alberto Noya ‘Tuerquita’, el santandereano Juan Joya Monsalve ‘Juanito’, Luis Silva el payaso ‘Tribilin’ mas conocido como ‘Ojo Pelao’ y el autor de estas líneas PI-LO-CHANG que además oficio en el programa como libretista de entreactos cómicos, Ilusionista, Ventrílocuo, Titiritero y el rol de carablanca o picador de la troupe de payasos.
Fue en Diciembre de 1989 cuando se grabo el piloto de un programa de televisión, que marco un HIT en la televisión de Colombia y Puerto Rico, al lado del maestro Alberto Noya, ‘Pernito’ (q.e.p.d.) y del gran payaso chileno Manuel Olivares ‘Miky’ hoy en día mi compadre, que lanzamos al aire ‘El Club de los Bulliciosos’ con un nuevo concepto de los payasos en Colombia,  lo tierno y lo  pedagógico.
El gran payaso ‘Pernito’  Alberto, (q.e.p.d.) llegó a Colombia a finales de los 50, procedente de su natal Chile, Músico profesional, y un ser humano de calidades extraordinarias,  de quien siempre me precie de ser su discípulo favorito.
Hijo del gran ‘Pernito’ y junto con  su hermano Tuerquita, Miguel Noya ‘Bebe’ conformó el trío de payasos más famosos del país entre las décadas del sesenta y el ochenta, cuando la televisión emitía los domingos Animalandia, espacio de variedades que desapareció pocos años después de la llegada del color a la televisión. ‘BEBE’ siempre será recordado como el ‘Gordito’ consentido de Colombia.
Es este país del sagrado corazón, donde lo inaudito suele suceder, es lamentable que para la celebración de los 50 años de la televisión colombiana, los 17 años del programa ANIMALANDIA, los algo mas de cuatro años de los BULLICIOSOS, no le hallan merecido el estado, ni a los productores de Televisión,  tan siquiera un minuto, para reseñar la labor de tantos años para los únicos que fueron, han sido y serán los payasos de la Televisión Colombiana.

Es una lastima que este mal ejemplo, el de desconocer, la historia del circo y de los payasos en Colombia,  sea seguido por las nuevas corrientes de cómicos y payasos, que venidos del teatro y la academia rescatan la técnica del Clown, pero que por desconocimiento, tal vez, niegan protagonistas tan importantes, que marcaron la época de los payasos modernos de en  el desarrollo del arte del Payaso y del circo Colombiano.
Transcurre el tiempo y las tres ultimas décadas del siglo XX, surge en Colombia un fenómeno que marca el desarrollo del Circo Acrobático Nacional, es la llegada de las multinacionales de circo mexicanas.
En el año de 1970 arriba a Colombia la primera empresa mexicana de circos de gran formato, carpas gigantescas, con un parque automotor de mas de 40 vehículos, y con una gran zoológico de fieras salvajes en cautiverio, familia de trapecistas de vuelos los Bell´s, Jorge, Ricardo, entre otros, ubican sus carpas en pleno centro de Bogotá carrera séptima con calle 24, abajo de la televisora nacional en aquella época, su gran atracción el gran Tony acróbata y cantante, que causo furor en Colombia, Jesús Medrano,  ‘Chuchin’, el vagabundo cantante….
Posterior a los Bell’s, llegan al país los Fuentes Gasca, con el gran formato de circo de entretenimiento, grandes parque automotores, inmensos zoológicos quienes en pocos años nos implantan, el circo, como una cultura zoológico, en donde prima la exhibición de animales salvajes  de todas partes del mundo y que en pocos años, con artimañas y  engaños, logran aniquilar el circo acrobático colombiano, esta multinacional de circo, se adueña del país y recorren la geografía nacional, arrasando con lo que quedo de las familias tradicionales de circos pequeños, y relegando a los artistas colombianos, pisoteando sus mas elementales derechos, vendiendo   una falsa imagen de cariño por los animales, que hoy en día la sociedad  condena y el estado sanciona.
A finales del siglo pasado e inicios de este milenio, surge un nuevo movimiento en el circo colombiano, que coincide con la aparición del Circo del Sol, esta nueva mirada del espectáculo circense, que recoge entre otras propuestas innovadoras como el de la Producción y ensamble de cuadros, venida del la escuela de circo Ruso, convoca a una nueva mirada del circo y da los primeros pasos que fundamentan el circo contemporáneo y rescatan el arte del payaso con la difusión de lo que conocemos como la técnica de Clown.
Surge entonces en los noventas el CIRCO TEATRO MÁGICO ‘LA CARPA DE LA CULTURA’ en la localidad séptima de bosa, con un carácter de ECOCIRCO. El circo ecológico del Tío Memo, estrategia de educación POR el arte en medio ambiente y ecología, que arriba ya a sus 22 años.
En la ciudad de Cali, la propuesta ‘CIRCO PARA TODOS’  como la Escuela de Circo mas importante de Colombia, el proyecto pedagógico social CIRCO CIUDAD  en la ciudad de Bogotá y  muchos otros grupos que se declaran como el Nuevo Circo Colombiano.
En mi largo caminar he podido vivenciar, las dos caras de la moneda, he sentido tanto los GOZOSOS como los DOLOROSOS del Circo y del Payaso, por una parte he podido disfrutar el hecho de ser de los ‘Famosos Payasos de la TELE’, el de haber alcanzado un status en el mundo de la farándula y el entretenimiento, gracias a los programas ‘Animalandia’ t el ‘Club de los Bulliciosos’ y por otra parte el de ver derrumbarse, un oficio tan noble como el del arte del payaso, al verlo condenado a las puertas del gran comercio, al grado de ser prohibido en las calles de la ciudad y ver los actos tradicionales del circo en esquinas y semáforos.
Entonces debo hablar de la Decadencia y referirme a los Pregoneros, los rebuscadores de los semáforos y los payasitos de piñata.
Dado al acelerado desarrollo de las ciudades, que en sus  ordenamientos territoriales, no contemplaron espacios para los espectáculos ambulantes, aunado a la llegada de la Televisión, el cine, los videos, y más recientemente la WEB y el arribo de multinacionales de Circo al país,  estos factores conllevaron a una crisis de los espectáculos  de Circo. Los artistas circenses pierden una de sus principales características, LA ITINERANCIA, esto los obliga a radicarse, en un solo sitio, y allí surgen tres alternativas económicas:
1)  la realización de sus espectáculos en eventos sociales, principalmente las Fiestas Infantiles
2) la promoción Publicitaria, el  Pregón en las puertas del gran comercio,
3) la Enseñanza del arte y el oficio a través de la modalidad de educación NO FORMAL hoy Educación para el trabajo y desarrollo humano. Esta transformación trajo  terribles consecuencias para el circo pero especialmente para su personaje principal…El  PAYASO.
El evento Social, que permite la fusión de algunas expresiones artísticas circenses (Magos, payasos, perritos comediantes) y la actividad recreativa es sin lugar a dudas la FIESTA INFANTIL.
En una primera instancia la animación de estos eventos sociales, cumpleaños, primeras comuniones, era con la presentación de SHOWS espectáculos artísticos, en donde se conjugan la Magia, la ventriloquia, el arte del payaso, Malabarismo, Musicales entre otros, en la década de los Sesenta, surge desde la Educación Física,  una nueva actividad denominada Recreación Dirigida, que empieza a conjugarse con los eventos artísticos. De  Esta fusión Entonces emerge, un fenómeno de características comerciales, de entretenimiento, que podría identificar como el PIÑATISMO.
Esta posibilidad  concluye con la proliferación  de un sin número de empresas de RECREACION,  que incluyen en su portafolio de servicios, una velada de recreación dirigida, combinada con la presentación de magos, payasos, títeres, y que hoy en día se han especializado en la realización de eventos sociales; que ahora incluyen en sus servicios inflables, ferias, juegos, fiestas temáticas replicas de personajes,  hasta  servicios de Comidas rápidas ‘Menús Infantiles’, buffet, y que se conocen comercialmente como COMPAÑÍAS DE RECREACIÓN.
La difusión de las técnicas de las artes circenses que se involucran en esté episodio, son fácilmente asimiladas y copiadas por estas empresas emergentes,  ya que en el medio formativo técnico, ni laboral, no existían centros especializados , en ese entonces  de EDUCACION NO FORMAL, de artes y oficios, a donde acudir, la ausencia de formación técnica y  el afán mercantilista trajo como consecuencia un modelo, que considero, conllevo  funestos resultados para las Artes circenses, principalmente el arte del payaso.
Considero que es tan solo con una formación técnica profesional, que se puede salir del abismo en que cayó el Circo y los payasos colombianos, con el surgimiento de un nuevo concepto de Industrias creativas del Esparcimiento, solo así podemos sacar adelante en tiempos contemporáneos el arte del circo y del payaso. Debemos dar un salto cualitativo De la Tradición Familiar a la Formación Técnica Profesional.

En el campo de lo pedagógico, nuestra trayectoria  pedagógica, es el resultado de mas de 20 años de experiencia, como EDUCADORES INFORMALES, incursionando en diferentes campos de la educación, pero siempre a través del Arte, la lúdica y la fiesta popular, gran parte de nuestro camino se ha dedicado a la educación artística y ambiental para niñas y niños, las y los jóvenes con una amplia trayectoria en el proyecto de ESCUELAS DE FORMACION ARTISTICA Y CULTURAL del departamento de Cundinamarca, además de intervenciones en diferentes sectores sociales, Desvinculación de menores trabajadores en la minería del carbón, Ejecución de Proyectos Ciudadanos de educación Ambiental PROCEDAS, proyectos ambientales escolares PRAES, sistemas municipales de reciclaje en ciudades como Zipaquira, Sesquilé, Villapinzon entre otras, proyectos de fortalecimiento de identidad cultural con las comunidades indígenas Muiscas de Cota, Chía Y Sesquilé, pero siempre dedicados en forma permanente con una gran preocupación por un proyecto de formación técnica profesional en el arte del payaso y el circo enmarcado en la ESCUELA NACIONAL DE COMICOS PI-LO-CHANG como una respuesta a la Educación  para el trabajo y el desarrollo humano.
En este caminar en la búsqueda de la formación técnica y profesional de los Trabajadores del arte del payaso y de las técnicas  circenses, existen algunos antecedentes de vital importancia en este proceso, destacando que el mismo es el resultado de luchas permanentes, desde lo gremial, a través de la organización sindical, como de esfuerzo conjunto, de familias de tradición circense en Colombia, y de convenios interadministrativos con entidades de estado y Escuelas de arte,  entre otras, Por los años 70 con el arribo del CIRCO DE LOS CHAVALES  bajo la dirección del Padre SILVA, con un modelo de Escuela Artística pero fundamentalmente de carácter social, como una intervención en población de Calle, primer modelo a replicar por la organización gremial SINARCIRCOL en cabeza de su presidente GUILLERMO FORERO ALGARRA ‘PILOCHAN’ ( Q.E.P.D.)
En el mes de Julio del año  1981, con la realización de la  gran marcha de los artistas Colombianos, por la LEY DEL ARTISTA, bajo la dirección de la federación UNION DE TRABAJADORES COLOMBIANOS DEL ESPECTACULO Y LA COMUNICACIÓN, se consolida un gran movimiento Artístico gremial, que en el año de 1986  da su fruto con la promulgación de Decreto Ley 2186, por medio del cual se reglamenta la profesionalización del artista colombiano, creando la TARJETA PROFESIONAL DEL ARTISTA COLOMBIANO, aun vigente, como el resultado  de mayor importancia reivindicativa, en el proceso de profesionalización de los artistas colombianos.
Si bien este hecho histórico no ha sido reconocido en su verdadera dimensión, ni por el gremio, ni por el estado,  aun habiéndose creado la TARJETA PROFESIONAL DE ARTISTA, la brecha entre los ARTISTAS PROFESIONALIZADOS y la  EDUCACION SUPERIOR, se ha mantenido hasta el año de 2008, con el programa de COLOMBIA CREATIVA  del Ministerio de Cultura, que por primera vez permitió la HOMOLOGACION  del titulo académico.
Otro antecedente importante, se dio en el año de 1986 en donde a través de un convenio de apoyo mutuo y colaboración reciproca, suscrito entre el Instituto Distrital de Cultura y Turismo y el Circo  Internacional Olímpico, permitió desarrollar las actividades académicas de la Escuela Superior de Artes Luis Enrique Osorio, bajo la dirección en ese entonces del Maestro JAIRO ANIBAL NIÑO (Q.E.P.D.) permitió la realización de actividades formativas en artes circenses a los alumnos del Sexto semestre de la escuela, en las carpas de una Familia de Circo Tradicional.
A partir del año 2001, se gesto un movimiento importante, de educación artística con énfasis en niñas y niños, en el departamento de Cundinamarca, la implementación de las ESCUELAS DE FORMACION ARTISTICA Y CULTURAL que en poco tiempo se consolido en experiencia piloto con presencia en 115 municipios del departamento y la formulación de un Proyecto Artístico  pedagógico, en el área de teatro. De este movimiento surge la ESCUELA NACIONAL DE COMICOS PI-LO-CHANG en el municipio de Tausa, con la intención de consolidar un programa de formación Técnica, en la modalidad de EDUCACION NO FORNAL ahora FORMACION PARA EL TRABAJO Y EL DESARROLLO HUMANO.
El proceso esta en construcción, el pasado 17 de Noviembre de 2011, justo en la celebración de los 40 años de vida jurídica del Sindicato Nacional de artistas circenses y variedades de Colombia ‘SINARCIRCOL’ del cual fue presidente mi padre, (único caído en la lucha gremial del Circo), la mesa de artes escénicas aprobó la competencia laboral para este sector del arte ,ahora viene el proceso de redacción de los lineamientos curriculares y muy pronto se hablara de la formación profesional, con la incorporación de la primera promoción del curso TECNICOS EN ARTES CIRCENSES, gracias al Servicio Nacional de aprendizaje SENA.
En la actualidad el circo contemporáneo en Colombia, presenta dos grandes corrientes o movimientos, por un lado se encuentra lo que se denomina el CIRCO TRADICIONAL conformado por los descendientes de familias de tradición circense y por el otro el autoproclamado Nuevo Circo Colombiano, pueda ser que el interés del estado, a través del Ministerio de Cultura, que a su vez trae consigo la posibilidad de un apoyo económico, no sea el motivo para agudizar esta división.
Mi llamado para todos,  tanto los descendientes de familias tradicionales circenses, como para los grupos emergentes  o nuevas compañías de circo, es que Circo Tradicional o Nuevo circo,  en esencia es uno solo, compartimos un solo arte, un solo sueño, el del MARAVILLOSO MUNDO DEL CIRCO.
Que tan oportuno es hablar del Circo contemporáneo en Colombia, o de un movimiento de circo Colombiano, cuando transcurridos 202 años de conformada la república, recién el año pasado, el estado empieza a reconocer y visibilizar esta manifestación artística. A pesar de este desconocimiento pudimos evidenciar antecedentes, de lo que se podría catalogar como una  aproximación a la reseña histórica del circo Colombiano. Entonces:
¿Cuál es la versión contemporánea del circo Colombiano?
De este arte milenario que llamamos circo, el de los malabaristas, acróbatas, contorsionistas, magos y los payasos y no de ese a que hacen referencia en la retorica politiquera, que alude a tinterillos y manzanillos,  debemos referenciar, que el circo se fundamenta en los maromeros caminantes, con una estructura viajera antes de lonas y manilas, hoy  plásticas y vulcanizadas, y cuya esencia es  la carpa, la acrobacia y los payasos.
En este sentido debemos hacer una reflexión de lo que verdaderamente es el circo, cuya  definición es *Edificio o recinto cubierto por una carpa, con gradería para los espectadores, que tiene en medio una o varias pistas donde actúan malabaristas, payasos, equilibristas…’
El CIRCO es inherente a la carpa, a ese mágico mundo ondeante y multicolor, y en esta época contemporánea, el mismo ha adquirido los avances propios de la época, sistematización de su estructura, luces y sonidos computarizados, y estructura móviles, giratorias con sistemas neumáticos y automáticos. Muestra de este avance es el circo del sol, propuesta contemporánea por excelencia, esta compañía transformo la tradicional Cangreja (Estructura mecánica para aparatos de altura) en un sistema giratorio, que se desplaza verticalmente, hemos visto surgir pistas desde abajo, luces robotizadas, adaptando a las nuevas tecnología, algo inherente al circo, sus estructuras, mecánicas y aparatos.
Nuestros circos, generalmente de empresas familiares se quedaron atrás, en el milenio pasado, no han actualizado sus estructuras, con los nuevos avances tecnológicos, ni siquiera, me  atrevo a decirlo,  nos hemos modernizado, los mas avanzados solo llegaron al GLOBO de la muerte, acto con motocicletas, que estuvo a la vanguardia de los grandes circos del siglo pasado.

Se ha abierto espacio a un nuevo concepto, el de las ARTES CIRCENSES, que si bien recoge los pilares fundamentales del CIRCO, malabares, contorsiones, acrobacia, magos y payasos, ha dejado de lado, el nicho que le dio origen, la carpa del Circo, estas artes circenses se ejecutan en las calles, parques, espacios no convencionales, abandonando la querencia natural del circo, las carpas, que  albergaron durante siglos estas manifestaciones artísticas. Caso distinto al de Europa, o el del mismo CIRQUE DU SOLEY, que cuenta con las técnicas mas sofisticadas, para el arme y desarme de sus carpas y la innovación tecnológica de sus estructuras y mecánicas.
Entonces nos encontramos frente a dos posibilidades  contemporáneas: ¿Hacemos Circo o hacemos artes circenses?
El llamado Circo Tradicional, sigue dando la pelea, para preservar el mágico mundo del Circo, el de las carpas y por otro lado el nuevo circo nos propone un espectáculo, que incluye algunas artes circenses, mucho mas cómodo, portátil, comercial porque abandona las carpas, recogiendo una parte tan solo del gran legado de los 80  actos o números circenses,
El repertorio del nuevo circo, olvida números y actos de circo, que solo son posible gracias a las mecánicas y aparatos que ofrece el circo, reduciéndolo a algunos tipos de malabares, equilibrios y monociclos…y que ahora seguramente por el facilismo de la época, redujimos a una maleta,  para denominarnos  ejecutantes de  artes circenses.
Sera que verdaderamente existe una contradicción entre las corrientes que se pretenden dar en el circo por un lado  y  las artes circenses, por el otro. El llamado circo tradicional, heredado de abuelos a hijos y nietos que ha logrado pasaportar al nuevo milenio esta forma artística popular, con sus carpas y andamiajes, quizás alejados de la academia y de las elites culturales y por el otro el llamado Nuevo circo con una significancia desde lo pedagógico y lo cultural, pero que desconoce la tradición y la esencia de circo acrobático colombiano.
¿Cual de estas dos corrientes se aproxima al concepto de arte contemporáneo? o si ¿acaso podemos hablar de la contemporaneidad en el circo colombiano?
Desconozco la respuesta, pero si estoy convencido, que es solo con un proceso de formación técnica profesional, que lograremos rescatar y proyectar el CIRCO y las ARTES CIRCENSES de ese marginado espacio a que lo reduce el rebusque y la lucha por la supervivencia.
Se hace necesaria una gran reforma en las leyes que reglamentan la presentación de espectáculos públicos, que día tras día ahogan a la Fami-empresas de Circo,  con altos impuestos y falta de oportunidades.
Recientemente veía con preocupación que desde instancias gubernamentales, se hablaba de que Colombia es potencia mundial de circo, pero en la reciente versión del iberoamericano de teatro, el único circo, que estuvo en corferias, fue EL CIRCO DE ITALIA de un empresario extranjero…
Y que decir  del personaje que en otros tiempos fuera la insignia emblemática del circo, los payasos, aquellos portadores de la risa y herederos de un método y una forma que se remota trescientos años atrás,  los señores payasos del circo tradicional, que se han visto relegados a pregonar mercancías en las puertas del gran comercio o a la animación de eventos sociales infantiles en las mal llamadas compañías de recreación. Manifestación artística que por su particularidad atraviesa  también un proceso de actualización y adaptación a la contemporaneidad, Clown  o payasos, pareciera ser el dilema; en el fondo la esencia es la misma, los payasos herederos del método y la técnica de los personajes de la comedia del arte, portadores de la risa, y que desarrollan una Técnica, la técnica de clown, movimiento que marca el resurgir de estos personajes emblemáticos del circo.
Contemporaneidad, que nos obliga a referirnos a la CIBERCULTURA, a la sociedad en red según Castell, y que nos refiere a otro aspecto fundamental de las artes vivías frente a la WEB,  del arte escénico que a pesar de la oleada globalizante y la amplia difusión de las TIC sobreviven a finales de la primera década del tercer milenio. Como salvaguardar, no solo el circo, sino las demás artes escénicas vivas,  aquellas donde ese fenómeno comunicativo: interprete, ejecutante y/o creador se interrelaciona un  publico, un espectador, o cómplice de un sueño, en un aquí y en un  ahora como lo son las artes en vivo.
¿Industrias Culturales?
¿Industrias creativas del esparcimiento?
¿Manifestaciones artísticas populares de resistencia cultural?
¿Arte o Entretenimiento?
¿Manifestaciones culturales?
Son   algunos de los múltiples interrogantes que  vienen a mi cabeza al concluir este ensayo.
Si, es posible hablar del Circo contemporáneo en Colombia, si todos los que conformamos parte del maravilloso mundo del circo, del arte del payaso o  de las artes circenses, dejamos de lado los intereses personales y con convicción de que el arte del circo es patrimonio intangible de la humanidad, buscamos caminos de UNIDAD para hacer un solo frente, a la cultura globalizante del capital internacional, que cada día nos arrastra mas y mas a convertirnos en un simple consumidor de medios masivos de comunicación, en  seres automatizados y funcionalistas, que han perdido la capacidad del asombro, del poder de la fantasía,  de la ilusión y la magia de nuevos mundos posibles y realizables, elementos todos que se conjugan el espectáculo mas grande del mundo…
SU MAJESTAD EL CIRCO.
Su amigo de siempre
GUILLERMO ALFONSO FORERO NEIRA
PI-LO-CHANG
‘TIO MEMO, ECOCLOWN’

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Falta la referencia exacta de esta cita.
No entiendo qué quiere decir con esta oración. No entiendo la comparación (“al igual”)… Tal vez sea recomendable reescribirla para claridad del lector.
Si esto es una cita, falta la referencia.
No entiendo qué quiere decir con esto. Falta revisar.
Sería interesante e importante incluir aquí la razón por la que usted quiere presentar esta reseña en su totalidad aquí. Faltaría, como en los casos anteriores, la referencia exacta después de lo que está señalado en amarillo.

 

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